www.paquebote.com > Mario Satz
En la Kábala las letras son números e ideas, pero también símbolos cuyo descifrado produce placer y nos ayuda a comprender la evolución psicológica de Occidente...
En un mundo que no tiene otra concepción del cuerpo humano que la anatómica todavía resunan los ecos de aquellas culturas cuya visión del cosmos nos habla de un todo de partes relacionadas. Culturas como la china, la maya, la japonesa... Este libro nos descubre las relaciones sutiles, evocando ideas insólitas y a la vez tan lógicas como la belleza que encierran los lóbulos de las orejas para los budistas, la relación secreta entre los párpados y el té, el origen de los laberintos, el erotismo de la nuca para los japoneses, la frante de águila de los mayas, etc.
Desde aquella frase de Marcial que dice ride, se sapis, ríe, sé sabio, hasta llegar a nuestros días, ese fenómeno vocálico y saludable que es la risa no ha dejado de intrigar a médicos, filósofos e investigadores. En los siete capítulos de este libro, el autor, despliega lo que podríamos llamar una antropología de la risa, revelándonos su rol social, su papel histórico, sus colores y su relación con la humanidad. Reirse sirve para defendernos de las agresiones externas y mejora nuestra salud física y mental.
Quienes creen -sean sufíes, cristianos, discípulos del Buda o kabalistas- que es posible nadar en un océano de luz y hallar por cuenta propia maná para el alma, desconfían del rigor y el celo de los burócratas del Espíritu y repetidores de ensalmos, de los inquisidores de ayer y de hoy, más inclinados a ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.
Los sabios judíos sostienen que la Torá que conocemos tiene mil sentidos que no conocemos y que otros, en el transcurso de los siglos, conocerán, porque -y esto es lo revelador- hablará a cada siglo en la lengua de cada siglo, pero lo que cada siglo encontrará ya se halla en ella, y cada nueva visión de la Torá seguirá formando parte de la enseñanza tradicional. De ahí que los personajes que dialogan en “Alrededor de una nuez” se sorprendan y nos sorprendan con la actualidad de sus descubrimientos, los cuales se mueven entre la psicología, la mística e incluso el mero juego verbal para dar testimonio de un saber que ni está agotado ni es estrictamente endogámico, pues así como un español o un turco pueden estudiar Zen o un judío puede entregarse a las maravillas y paradojas del Sufismo, así también puede un cristiano o un budista adentrarse en los meandros de la Kábala.
Desde muy antiguo, trinos y alas han impresionado al ser humano como símbolos de aquello a lo que aspira: música y libertad. “La inspiración profunda e interna -escribe Ernst Jünguer- de la vida que llamamos cultura, con sus fenómenos en los que se entremezclan amor, arte y admiración, no se encuentra mejor preformada en ningún reino de la naturaleza que en el de los pájaros”. A ellos les debemos, ante todo, el beso; luego el nido, el sentido de compañerismo y de familia y, por fin, la danza y el canto. Mucho antes de que un rey erigiera el Taj Mahal para su amante, los pergoleros australianos alzaron pirámides de ramas con adornos florales para sus hembras, y antes aún de que Mozart ensayara con su flauta, ruiseñores y calandrias llenaron el aire de belleza. Las plumas nos enseñaron a disfrutar del color y también a escribir; las migraciones aladas a desconfiar de las fronteras. Una gran parábola vital, por tanto, es la que describen los pájaros en el corazón del hombre.
Gracias a los descubrimientos de los manuscritos del Mar Muerto y sus alusiones al misterioso Maestro de Justicia, a los tesoros del cristianismo gnóstico y reconstruyendo la vida de los terapeutas y los esenios, se redescrube el ámbito en el que creció, enseñó y murió quien fuera para muchos, el más grande profeta de Israel
El Eje Sereno de Mario Satz parte de la premisa de que las emociones nos atraviesan para enseñarnos a vivir entre virtudes y defectos, y que así como la polaridad luz-sombra nos exige, para nuestro propio beneficio, hallar un término medio entre ambas, a una emoción negativa le corresponde una positiva para que, alternando alegría y tristeza, descubramos al fin un eje, el de la serenidad, que neutraliza el exceso de la primera y evita el desánimo de la segunda. A semejanza de cómo la mácula lútea en la retina permite una visión más clara del ojo, la serenidad constituye el punto central hacia el que todas las emociones quieren ir para volver, después, de nuevo hacia la periferia de su acción.
De Mario Satz, Miraguano Ediciones ha publicado “Música para los instrumentos del cuerpo. Claves de Anatomía humana”, “Las vocales de la risa. Risoterapia y cultura”, “Los alumbrados”, “Jesús el Nazareno. Terapeuta y kabalista”, “Oraita. Cuentos jasídicos” y “La Parábola de los pájaros cantores”.
El misterio de la luz intracelular, la ausa, etiología y sentido de la iluminación. Los grandes místicos son tan raros com los héroes culturales...
Una magistral versión de uno de los textos más fascinantes de la tradición judeocristiana. Siguiendo las claves numéricas y geográficas del Cantar y en el contexto de la literatura comparada, la versión de Mario Satz nos revela inesperadas sincronías y asombrosas constantes que corroboran la unanimidad del galanteo amoroso con su gusto por la música de las palabras, los aromas o el arte de seducir con que nuestra especie ha expresado la relación íntima entre el hombre y la mujer, pero también –como quieren los místicos–, el puente entre el alma y su Amado, la psique y el Espíritu, la esposa y el Esposo.